viernes, 21 de octubre de 2011

Revista Noticias Urbanas 15/10/2011


Publicación: 15/10/2011
ARDE LA CIUDAD
Lorena Mayol: “Trabajo con gente que quiero mucho”

Su nuevo CD, 1.090 días, la muestra feliz por el resultado y el
proceso de grabarlo en tres ciudades. “Me salió redondo”, dijo en la charla con Noticias Urbanas, de nuevo radicada en la Argentina.


Por Marcelo Maccio Villegas 
Lorena Mayol acaba de lanzar 1.090 días, un disco que la trae de regreso al país tras estar radicada en Madrid, pero que además la muestra optimista y en su mayor punto musical. Noticias Urbanas dialogó con ella sobre su reciente lanzamiento y sus planes para el futuro, que ya tiene en mente.

–El disco fue gestado entre Madrid, Buenos Aires y Nueva York, ¿cómo fue esa experiencia?
–Fue bastante movimiento, paso a paso y lugar en lugar, muy nómada. Con mucho internet, Skype y disco rígido a cuestas. Llevaba las cosas de un lado a otro, mandaba y recibía, pero fue muy interesante porque pude trabajar y grabar con toda la gente que quería. Yo trabajo con gente que quiero un montón, que son amigos, y eso lo tenía dividido entre Buenos Aires y Madrid, pero con la idea de hacer lo mejor posible en cada lugar. Lo de Nueva York fue por el ingeniero, la mezcla y masterización que quería, que por suerte pude hacerlo, y me tocó conocer otra ciudad, me ligué un viajecito y qué mejor manera que sea por trabajo.

–En todo el proceso participaron muchos músicos, lo contrario a una banda estable. ¿Eso cambió la forma de trabajar?
–Tengo esa forma de laburar hace bastante, porque tengo muchos amigos músicos. Si bien a la hora de tocar en vivo es complicado juntarlos porque cada uno tiene sus proyectos, para grabar es más fácil hacer coincidir los tiempos. Lo bueno de un disco es poder pensar en tal onda de guitarra, y de tus amigos ver quién la tiene, invitarlo y que esté.

–Volviste a trabajar con Pablo Sbaraglia como productor. –¿Qué plus le da su trabajo al tuyo?
–Laburo hace mucho con él, los últimos tres discos los trabajé con él, y me llevo muy bien. Pienso que debería cambiar para probar con otra gente, pero encontrar un socio musical y una persona con quien te entendés tan bien y se pueda laburar tan cómodo no es fácil. Pablo produjo el primer disco, en el segundo fue mitad y mitad, y en este yo tenía la línea y él me seguía. Le da un sonido y un trabajo de estudio muy importante, yo no tengo esa experiencia. Confío mucho en él, en lo que me tira, y está bueno ver las devoluciones. Al ser solista la referencia es uno mismo, entonces el productor sirve porque te da otra mirada.

–Cada vez que se graba un disco se renuevan las expectativas. ¿Sucedió eso con este lanzamiento?
–Sí, me re pasó, y este disco es superdistinto a los dos anteriores. Es un disco de vuelta, cosa que no lo supe mientras grababa, aunque había algo muy fuerte que tenía que ver con el regreso a la Argentina, y estaba dentro de las canciones. Lo planeé mucho más a este disco; es un disco zen, porque tuve que cultivar la paciencia de gran manera para hacer las cosas que quería, incluso para viajar, porque no tengo una multinacional que me banque los pasajes, entonces para todo tuve que esperar. Este disco, si bien es independiente, no fue hecho como los anteriores, sino que me puse objetivos que me llevaran al paso siguiente y las expectativas se renovaban todo el tiempo.

–¿Y el resultado final te dejó conforme?
–Es un disco que quiero muchísimo, es muy luminoso y me salió redondito, estoy muy contenta. Incluso ahora que ya salió empieza la parte de presentarlo, promocionarlo, tocarlo y que empiece a caminar.

–¿Seguís pensando en este disco o ya mirás el que viene, imaginando qué cosas te gustaría hacer y cuáles no repetir?
–Eso lo hago todo el tiempo, tengo muchas ideas y canciones que fui componiendo durante el último tiempo y que van para el siguiente; estoy pensando qué hacer y qué no. Los discos en el tiempo son raros, estás componiendo para un disco futuro, pero presentando un disco que ya pasó, que arrancó hace varios años y ya estás en otro lugar, pero lo acabo de lanzar y tengo que tocarlo y presentarlo y me gusta mucho. Hay que dividirse, a futuro el disco que viene y ahora tocar este. Igual, el próximo quiero grabarlo en el campo, con un estudio móvil y conectarme, salir de las ciudades.

–Las letras son en primera persona, ¿también autorreferenciales?
–Escribo mucho en primera persona pero no siempre son autorreferenciales. Tienen algo de metáfora, una alquimia de cosas. No escribo literal, sino que es la mezcla de situaciones y sensaciones las que me hacen escribir así. Otras veces pasa que son personajes, no soy yo, me inspiro en otra gente, por eso no son siempre autorreferenciales. Me interesa mucho, y lo que más me pega son las relaciones humanas y las personas. Me encantan los mundos de la gente, eso me fascina, y todo el tiempo estoy observando. Incluso les imagino historias a los que me cruzo en un subte.

–Más allá de cada letra en particular, ¿encontrás sentidos que atraviesan el disco entero?
–Hay algo, hay un estar bien, una cosa optimista, incluso naíf en que me conecté demasiado con la parte más lúdica, y eso atraviesa el estar bien, liviano. Este disco es de andar sin equipaje, fuera de tu casa, sin tanto peso, más despojado… del tango y el psicoanálisis.


 

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